Comentarios:
«Kany (1969: 256) indica que en Argentina, Chile y América Central parece particularmente extendido; Álvarez Nazario (1972: 91) y López Morales (1979: 165-172) apuntan que [...] es común en el habla inculta, semiculta y aun culta de Puerto Rico; Montes Giraldo (1985: 145-146) indica que es la norma general en hablantes más o menos cultos en Colombia; Bentivoglio y Sedano (1989: 78) muestran que [...]está bastante extendida en el habla de Caracas; finalmente, DeMello (1991: 447-448) señala que [...] es relativamente común en Lima, La Paz, Caracas, San Juan y Santiago, con un porcentaje mediano en La Habana y Bogotá, y bajo en Buenos Aires y la ciudad de México. Y en España, mientras unos autores sitúan el fenómeno como característico del área de contacto lingüístico castellano-catalán (RAE 1973: §3.5.7.d, Llorente 1980: 31, Seco 1981: 215-216, Gómez Torrego 1989, II: 93) [...] otros lo amplían a diferentes zonas; así,[...] Almeida y Díaz Alayón (1989: 127) comentan que el fenómeno está ampliamente difundido en todos los niveles culturales de Canarias; por su parte, Lorenzo (1980: 256) nota su empleo en la parte central de España [...], mientras que Llorente (1980: 31) lo sitúa, además de las comunidades de influencia lingüística catalana, en áreas de Aragón oriental, la Mancha oriental, Murcia y Andalucía oriental.»(Gómez Molina 2013:254)