asines063
A mi hija la robaron los pendientes, las pulseras y el dinero que llevaba.
A mi hija la robaron los pendientes, las pulseras y el dinero que llevaba.
A principios de junio me besó en la boca cuando la abrí la puerta.
No la gustaría confiar el niño a una negra.
No te puedes poner esta camisa porque tengo que pegarla un par de botones.
El conductor del coche de alquiler la preguntó varias veces si se encontraba mal.
La hablé con más cariño que el que usara jamás el esposo más fiel.
A María la oí cantar unas seguidillas.
Después de cenar, los mandaron irse a la cama.
Cualquier problema lo acobarda.
Hasta hacía pocos días la preocupaba, fundamentalmente, salir airosa de la trampa.