asines302
Toda aquella gente eran intrusos.
Toda aquella gente eran intrusos.
Con muy pocas gentes había hablado Dugarte.
Él prendió un tabaco, mientras Lucía preparaba café.
un perfume fuerte de gente con harto maquillaje.
Madre parecía muy contenta aquella mañana.
Mamá dice que no me puedo acercar ni a la baranda.
Ya sabes que no soporto que nadie llore delante mía.
En mi delante riñó a su flamante colega por su espíritu apático.
Necesidad absoluta de una patria, de mi tierra mía [...]
Oiga [...], ¿y de veras esta es la casa donde nació su hermano de usted?